En la entrada anterior nos centramos en las frutas y verduras y ahora le toca el turno a la carne y aves.

Vamos a mencionar algunas cosillas a tener en cuenta a la hora de comprar carne.

Tengo en consulta algunos casos que creían que para perder peso debían volverse vegetarianos y eso es completamente falso.

Ellos no compraban carne para evitar las grasas saturadas y mantener el peso pero eso no es necesario.

Deberíamos comer carne unas tres veces por semana ya que es una buena fuente de proteínas, vitamina B12 (ausente en vegetales) y minerales importantes como el hierro, cobre o zinc que es más fácil absorber en carnes que en hortalizas.

Para comprar carne:

  • Acude a un profesional ya que hasta la mejor carne se puede estropear con un mal corte.
  • Pide que te den cortes limpios de grasa para conseguir la mayor cantidad de proteína.
  • Calidad frente a cantidad: comprando carne ecológica con su sello de autenticidad. Esta carne proviene de ganado alimentado en pastos de agricultura ecológica sin antibióticos, hormonas u otros aditivos.
  • Cada carne tiene sus características, la carne de pollo o pavo contiene menos grasa pero comiendo todo tipo de carnes se equilibra mejor la dieta. La de ternera es más rica en hierro que las aves y la de cerdo contiene más vitamina B1.
  • Aspecto, textura y olor: cada carne tiene un color diferente pero pueden haber sido manipuladas con aditivos así que mi consejo es que busqueis colores naturales ni muy roja ni muy blanca ni por supuesto verde. Su tacto debe ser blando y aspecto húmedo. Su olor es el de carne cruda pero no de putrefacción.

Conservar la carne:

  • La carne es un alimento perecedero por lo que se tiene que guardar en la nevera.
  • La mejor forma de conservar la carne es en envases independientes en la zona más fria del frigorífico.
  • También puedes dejarla macerar en ajo picado, especias y aceite de oliva que por sus propiedades antisépticas, disminuyen la proliferación bacteriana.